--Mi nombre Eva, os
preguntareis porque este título del libro, qué cual será la historia que os
cuente , qué si vendrá de épocas pasadas o de cómo se ve el futuro o cosas
parecidas.
No amigos ,os voy a contar mi
vida, así oído suena a rollazo pero necesito contarlo que alguien lo lea y no
cometa mi gran error , el error de mi vida.
Muchos llegaran a leer este
párrafo y cerrará el relato y nunca lo volverá abrir.
Cosa que peor para aquellos ,
ingenuos que no lo leerán y puede que les pase como a mí y acaben solos ,no
como en ese cuento de navidad tan famoso , no , yo estoy sola y no se puede
cambia.
Allí va mi historia…
Nací en un pesebre , no como
el niño Jesús no, soy atea.
Nací ahí porque mi abuela
tenía una granja , con muchos animales como os podéis imaginar y a los cuales
mi madre tenía que cuidar si o si, lloviera, nevará o aun embarazada de nueve
meses.
La mañana del 6 de junio ,
respire por primera vez , por malas condiciones mi madre murió y tuve que
crecer sola ,huérfana de madre y con un padre al que nunca llegue a conocer.
Mi abuela se encargo de mi
hasta los 9 años de edad, cuando prefirió pasarme a mi tía , la hermana de mi
padre. La cual no había tenido hijos, la pobre era estéril y ningún hombre
quería pasar el resto de la vida con ella ,sin poder tener ningún progenitor.
Que triste es la realidad ,
pero es así .
Mi infancia poco duro, en
seguida trabajé como modista en un pueblo cerca de París , el cual no me
acuerdo como se llamaba.
Era muy bonito , mis
compañeras siempre que podían me acercaban a Notre Dame para que rezara y la
vida me fuera mejor.
Una niña de casi 10 años no
se merecía todo lo que le estaba tocando pasar, era trágico ver mi pobre y
sucia vestimenta .
No tenía dinero y mi tía con
41 años , manca y estéril, ni siquiera trabajaba solo me hacía la comida y poco
mas.
Por decirlo así yo era la
persona que traía el dinero a casa y no era bien pagada , ya se sabéis que en
mi época ,poca mujer trabajaba y poco cobraba.
Que tristes eran los días de
Navidad, en los cuales todas las familias se reunían y yo solo la podía pasar
con mi tía sin ningún capricho , como un
día normal.
No encontraba a gracia al día
de noche buena, por que de buena poco.
Con 18 años decidí irme lejos
de casa, a Zaragoza donde esperaba que la vida fuera mas amable conmigo y me trajera algo bueno de lo cual poder
presumir .
Conocí a Ernesto, rubio ,
ojos azules ,pero con un corazón demasiado frío .
Me encantaba estar con él ,
besarle , acariciarle e incluso mirarle a los ojos y decirle, eres hermoso.
No entendía como en tan poco
tiempo, sentía algo tan grade.
Se me nublaba la vista cuando
me abrazaba, me perdía entre su bufanda y entre sus labios carnosos, los cuales
pronunciaban mi nombre con un tono parecido al de cuando dices te quiero ,a tu
madre.
Me encantaba cuando me
rozaba con sus dedos por los lugares
prohibidos y cuando el calor iba subiendo.
Ernesto trabajaba muchísimo y
apenas nos veíamos pero cuando lo hacíamos eran tan bonitos los encuentros.
El día de san Valentín , Marco
llego a mi apartamento , ojos verdes , pelo castaño y moreno de piel.
Tuve que coserle un pantalón
chino , el cual llevaría para una boda.
Me apasionaba mirarle a los
ojos, tanto, que me abalance hacia sus gruesos labios, que parecían que me
llamaban.
Ni siquiera pensé ni un
segundo en Ernesto, el cuerpo de Marco
se abalanzó hacia el mío y juntos nos perdimos entre las llamas de una sabana .
Ernesto también fue al
apartamento ese día, nos pillo a mí y a Marcos dándonos un beso de despedida.
Estaba muy enfadado como lo
es normal, se podía ver a simple vista como las mismas llamas que Marco y yo
habíamos creado entre las sabanas, se proyectaban en sus ojos pero no por
pasión, si no por furia.
Estuve varios meses sin ver a
ninguno hasta que llego el día de Noche Buena , Ernesto tenia que ir a comprar
el pan y ahí fue donde me lo cruce.
Me invito a tomar un café.
Acepte.
Me invito a algo más.
Acepte también.
Me envolvía de una forma con
sus brazos , que me enamoraba, el tiempo se pausaba y solo volvía a iniciarse
cuando sus labios se despegaban de mi cuello , cuando sus manos dejaban de
tocarme.
Paso conmigo la noche , en
Navidad no tenía a nadie al lado al despertarme.
Era como si se me hubiera
roto el alma a pedazos.
Pronto deje de sentir aquel
dolor, cuando Marco apareció por mi puerta. Le deje entrar dentro , le invite a
mi habitación , el invitó a su noche y acepté.
Me abrazó toda la noche, me
besó lentamente, rápido , daba igual como me besara pero no paraba.
Se quedo dormido apoyado en
mi pecho ,se le veía tan inocente.
Cuando me desperté ,tampoco
estaba , los dos habían hecho lo mismo, desaparecían al amanecer. Me recordaba
a cuando era pequeña, mirando a la luna
al acostarme y al despertarme ella ya no estaba, se esfumaba cada amanecer
pero siempre volvía.
Dejaban de existir por las
mañanas pero volvían a aparecer por la noche.
Tenía que elegir , tenía que
elegir al correcto, con el que podría casarme , pero eran tan diferentes, me
gustaba cosas de uno y cosas del otro.
Quería una mezcla de los dos
pero en una persona.
Elegí , no se si elegí por mi
corazón o por el deseo del momento.
Me despedí de uno y besé
a otro.
Él cambio , me cambio, también le gustaban las
rubias , ya no le gustaba yo.
--Han pasado 50 años de esta
historia , todos pensareis que cual fue mi error , yo misma lo diré claramente,
mi error fue elegir por deseo, también tengo que decir que sigo enamorada del
chico al que no elegí.
Tengo 68 años , tengo cáncer
de garganta .
Esta tarde van a hacerme una
operación para ver si puedo curarme y por si acaso no salgo de esta , amor mío
quiero decirte:
Si salgo de esta, siempre
te esperare , con la mano en el pecho señalando mi corazón te digo ‘lo siento’
un lo siento que sale de mi corazón recorriéndome toda la garganta y sido
pronunciado por mis labios.
Con lagrimas en los ojos te pido que vuelvas, quiero volver
a sentir tu presencia , a que me tapes los ojos y me guíes con tus manos.
Que el olor de tu colonia llegue a mi pituitaria y sentir
que estoy donde tengo que estar , con la persona a la que mas querré y en el
tiempo exacto, ese tiempo que por desgracia ya no tengo pero por lo menos me
queda , que algún día lo tuve.
Que algún día estuve cerca de tus ojos, que te toque como
mis manos quisieron y que me perdí en tu ser.
Con los ojos ensangrentados de tanto llorar te pido que
vuelvas , que me des una oportunidad.
Nunca tuve el querido poder , la querida fuerza de gritarte
a los cuatro vientos , te quiero.
Enrique te sigo amando , ojala tu no me hayas olvidado.
Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, Ernesto, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, Ernesto, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
Estupendo, Paula. ¡Cuídate mucho y mejórate pronto!!
ResponderEliminarUn besazo